ELEFANTES

Elefante Africano

Nombre Científico: Loxodonta africana 
Clase: Mammalia 
Orden: Proboscidae 
Familia: Elephantidae 
Género: Loxodonta 
Especie: africana 


Origen
A nuestro Elefante lo preceden otros elefantes ya extintos, como por ejemplo EL prehistórico Mastodonte y más tarde el Mamut. La aparición de los Elefantes Modernos constituye el término de una línea conocida desde el Mióceno del Período Terciario. Los Elefantes actuales aparecen durante el Pleistóceno, a principios del Período Cuaternario, aunque muchas variedades de estas ramas se fueron quedando en el camino evolutivo y desapareciendo irremediablemente, con tamaños que variaban desde el que tienen aproximadamente los Elefantes que conocemos hoy en día hasta el porte de un cerdo.

Otros elefantes primitivos ya extintos (de izquierda a derecha): Moeritherium, Tripholodon, Deinotherium, Platybelodon y Mammuthus. 

Características Físicas
Los elefantes africanos son los animales terrestres más pesados, y los segundos más altos en el Reino Animal.

Dimorfismo sexual: Mientras los machos miden cerca de 4 metros a la altura del hombro, y pesan de 6 mil a 7 mil kilogramos, las hembras miden cerca de 2.5 metros a la altura del hombro y pesan entre cuatro mil y cuatro mil 500 kilogramos. El peso de los machos maduros es aproximadamente el doble que el de una hembra, pueden superar los 6800 Kg., el peso combinado de más de 100 seres humanos adultos. Para soportar semejante peso, el esqueleto de un elefante es extremadamente rígido. Mientras camina su movimiento es tieso y firme como si sus patas estuvieran enyesadas.

Patas: Mantener todo en posición vertical demanda una fuerza enorme, demasiado para confiar sólo en el poder muscular, de manera que sus patas son como columnas corpulentas de hueso casi sólido. Para lograr esta habilidad, estos pilares de fuerza están dispuestos casi verticalmente debajo de su cuerpo como las patas de una mesa, en vez de estar a un cierto ángulo como en otros animales. Transportar esta gran mole representa una gran carga para los pies del elefante, los que poseen almohadillas de material esponjoso que actúan como verdaderos amortiguadores, que absorben el impacto de 3 toneladas.

Trompa: La trompa de los elefantes (o proboscis) es una adaptación de la nariz y es especialmente sensible a todo tipo de olores y sabores. Es la característica física más distintiva de los elefantes. Se trata de un músculo alargado, sin huesos, proyección de su labio superior y que mide alrededor de 150 cms. Es un órgano muy preciso ya que puede tomar cosas delicadas o pequeñas sin problemas gracias a dos proyecciones en su punta que actúan como dedos.
También utilizan la trompa para beber, alimentarse, emitir sonidos, para darse baños de polvo, derribar obstáculos, apartar vegetación, etc. La trompa es tan fuerte que puede llegar a levantar 275 kg. Los baños de polvo consisten en que el elefante llenan su trompa de de tierra muy fina, para pulverizarse con ella, este proceso no afecta a la capacidad olfativa ni gustativa del animal ya que los tabiques nasales son independientes. La trompa es también un potente sifón con suficiente poder de succión para aspirar hasta 16 jarras de agua de una vez y luego rociarlas dentro de su boca.

Dientes: Otra herramienta que el elefante debe aprender a usar, es la de sus colmillos. La dieta vegetariana de los elefantes hace a veces que carezcan de ciertas sales y minerales. La matriarca usa su memoria para recordar donde están y sus colmillos para llegar hasta ellos. Los colmillos son también un arma importante, con esta se pueden lastimar seriamente cuando hay una pelea. Los colmillos también tienen un propósito pacífico, ya que son un buen lugar en donde apoyar una trompa cansada.
Masticar grandes cantidades de alimento duro implica que el deterioro de los dientes sea demasiado, de manera que los elefantes poseen una especie de cinta transportadora de dientes, 6 juegos nuevos, cada uno mas grande que el anterior y que están disponibles para reemplazar a cada uno de los antiguos cuando se desgastan. Cuando los elefantes alcanzan los 40 años aproximadamente les queda un único diente enorme de 4 Kg. En cada mandíbula. Algunas veces después de alcanzar la madura edad de 60 años, estos últimos dientes finalmente se rompen, y una vez que desaparecieron, el elefante muere por inanición (estado de extrema debilidad y desnutrición producido por la falta de alimentos), pero demasiado a menudo otro juego de dientes es el responsable de una muerte mucho menos natural, los 2 incisivos alargados de los elefantes mas conocidos como colmillos, son instrumentos que cumplen diversos propósitos y que utilizan para excavar en busca de raíces o agua y para derribar la vegetación dura, pero también pueden representar su propia perdición.

Orejas: Las grandes orejas de los elefantes les sirven para refrescarse, moviéndolas con más fuerza cuanto más calor hace. Así, la sangre de las orejas es refrigerada y al circular, refrigera todo el cuerpo. Esto podría explicar el por qué los elefantes africanos tienen las orejas más grandes que los asiáticos, ya que en su hábitat hace más calor, la temperatura puede alcanzar los 50°

Piel: Los elefantes africanos tienen la piel gris oscuro, que en sus primeros años está cubierta de pelos que se pierden al pasar el tiempo, como consecuencia de ello los adultos son en su mayoría sin pelo. La piel es muy gruesa de alrededor de 2 a 4 cms. de espesor, pero los mosquitos e insectos pueden penetrarla, es muy arrugada por lo que es casi dos veces más grande que lo necesario para cubrir su cuerpo. Extendida cubriría mas de 22 metros cuadrados. Todas sus arrugas incrementan la superficie a través de la cual pueden perder calor. Los elefantes no poseen glándulas sudoríparas, si las tuvieran, perderían demasiada agua, en cambio miles de canales y grietas de su piel atrapan la humedad mientras que las cerdas generan corrientes de aire minúsculas pero refrescantes.

Ojos: La visión del mundo de estos animales está obstaculizada desde el principio. Los elefantes no giran demasiado sus cabezas. Suelen mirar sólo hacia delante y sus largas pestañas ocultan parte del mundo.
Cada ojo está hundido entre los pliegues de la piel, limitando aun más su visión, y los globos oculares se mueven muy poco, todo esto se suma a un campo de visión disminuido de manera que distan mucho de tener una visión perfecta. Los elefantes sólo duermen aproximadamente 4 horas por noche. Para ver en la oscuridad, sus ojos confían en algo llamado bastones, estos son células de la retina que captan la luz, aunque funcionan bien con baja intensidad de luz, se encandilan por el resplandor del sol africano. La vista del elefante es menos eficiente con la luz del sol y mejora en días nublados. Cuando los elefantes observan a su familia los ven probablemente como siluetas, carentes de detalles y con un tinte verde azulado. Los elefantes pueden reconocerse unos a otros por su perfil y por su forma de andar, pero debido a que no perciben los detalles, no le dan demasiada utilidad a las expresiones faciales. Para ellos una visión pobre no representa en absoluto una discapacidad. Perciben el mundo por medio de otro sentido más poderoso, "el olfato".

Memoria de Elefante
Los elefantes nunca olvidan dice un proverbio indú. Y es que el cerebro del elefante es muy grande. El cerebro humano tiene aún menos circunvoluciones lobulares que el del elefante, lo que indica gran capacidad de almacenamiento de información. Esto también significa un gran potencial de memoria. 
Veamos: Su gran memoria les sirve para reconocer e identificar uno a uno a sus congéneres. Los elefantes pueden diferenciar entre más de 200 individuos de su misma especie, como memoria fotográfica que le permite saber quien es quien. 
Esto es esencial para las hembras pues dependen unas de otras para la crianza de los terneros. Es como si todos los bebés elefantes fueran criados por su madre y las "tías". 
La memoria es el vínculo que mantiene unida a esta comunidad tan cerrada. Esto proporciona defensa en grupo contra los predadores; educación que debe ser aprendida contra los elementos adversos en forma comunitaria. 


Distribución Geográfica
Los elefantes africanos se encuentran históricamente al sur del desierto del Sahara en la punta sur de África, desde el Atlántico (oeste) la costa de África, hasta el Océano Índico en el este. Actualmente su población se limita a varios parques nacionales y reservas de caza en el sur de África debido a la caza furtiva y la destrucción del hábitat.
Hay dos subespecies actualmente reconocidas que difieren en su ubicación geográfica, largo de colmillo y el peso. Loxodonta africana cyclotis, por lo general residen en las selvas y bosques, tienen colmillos más delgados y son más pequeños en altura y el peso que el Elefante Loxodonta africana africana, de la sabana/desierto, normalmente se encuentran en las praderas.
Mapa: Distribución geográfica Elefante Africano: esto incluye al Elefante de la Savana (Loxodonta [africana] africana) y al Elefante de Bosque (Loxodonta [africana] cyclotis).

Hábitat
El hábitat ocupado por los elefantes africanos variar ya que pueden sobrevivir largos períodos de tiempo sin agua. Ocupan los desiertos, los bosques, sabanas, valles de los ríos y pantanos.

Reproducción
En cuanto a la reproducción de los elefantes, la hembra puede entrar en celo en cualquier época del año. Este celo dura aproximadamente entre 24 y 48 horas. Puede haber varios machos, pero al final uno se impondrá al resto y se quedará con la hembra. Durante las temporadas de lluvia la tasa de reproducción es mayor, mientras que en épocas de sequía o condiciones de hacinamiento existe una menor tasa de reproducción. 
Después de 22 meses de período de gestación, de un sólo elefante, el ternero nace pesando aproximadamente 120 a 130 kg, los gemelos son raros. Poco tiempo después de su nacimiento, de modo instintivo, son capaces de seguir a sus madres. Las hembras dan a luz cada cuatro a nueve años. Durante los 2-5 primeros años, la cría se alimentará de la leche de su madre. La madurez sexual se alcanza entre 10 y 12 años de edad. El ternero al nacer se relaciona con las hembras y machos jóvenes. Los pequeños son vigilados por todas las hembras del rebaño, las que ayudan a la madre incluso amamantando a los terneros. Las crías hembras permanecerán en su rebaño natal de por vida en cambio los machos abandonarán el mismo al alcanzar la madurez sexual.
La manada debe prestar especial cuidado a los pequeños elefantes ya que son presa fácil de depredadores como tigres y leopardos. La mayoría de los elefantes mueren antes de cumplir un año de edad.
La media de crías por hembra esta entre 6 y 12 en toda su vida.

Longevidad
Los elefantes son uno de los mamíferos más longevos, unos setenta años. Su edad se puede determinar comparando su altura con la de la matriarca o viendo el largo del colmillo. Al envejecer sus ojos se ven hundidos y sus orejas se pegan a su cuerpo. También pueden sufrir de artritis, tuberculosis o enfermedades de la sangre como escepticemia. La muerte accidental puede ocurrir tras una pelea o una caída mortal por ejemplo desde una colina. Las muertes por la caza furtiva todavía son más numerosas que cualquier otra.

Comportamiento
Los elefantes africanos vagan de día o de noche en rebaños que pueden llegar a 200 elefantes. Su sociedad se basa en una comunidad social matriarcal. La matriarca es la más antigua de las hembras del clan que conforman entre 9 a 11 elefantes. Sólo las hembras y sus crías son parte de esta manada, ya que los machos vagan por sí solos una vez que alcanzan la madurez. El bienestar del rebaño depende de la orientación de la matriarca, ella determina cuando comer, descansar, bañarse o beber. Como la matriarca comienza a ser limitada cuando entra en edad avanzada, alrededor de 50-60 años, es sustituida por la hembra que la sucede en antiguedad y ella es abandonada o se aleja de la manada.

Es la matriarca la que en épocas de sequía guía a todos extrayendo de entre sus conocimientos (de su memoria) el recuerdo de mejores áreas de vegetación, pozos de agua o el sitio en donde obtener sal en un hábitat pobre en nutrientes. 
Esta información es reunida y obtenida a través de su vida, observando y guardando en la memoria los senderos seguidos por las matriarcas que la antecedieron. Así es que, todos los miembros dependen en gran medida de la memoria de la matriarca, la cual, entre más tiempo haya vivido más exitosa resultará para todos la supervivencia. La matriarca ha sido también la más codiciada por los cazadores furtivos pues posee los colmillos más grandes. De ahí un decir africano e indú, famoso en la jerga popular que dice: quien más sabe es quien más colmillo tiene. 

Sin embargo, a veces una memoria tan vasta (como recordar sitios por los que pasó veinte años atrás) puede resultar peligroso para la matriarca y su manada pues, algunos de esos lugares han sido ocupados por humanos que poseen plantaciones (como maizales) con lo que, en los muchos casos que han ocurrido, el elefante a sido el perdedor irremediablemente. 
Contrario a la matriarca y sus ayudantes hembras, los machos tienen un programa muy diferente. Cuando crecen vagan de un lugar a otro en busca de compañeras de turno. Esto hace que existan luchas entre ellos principalmente cuando hay alguna hembra en celo. 
El sistema de comunicación entre los elefantes es a base de sonidos o infra sonidos (de muy bajas frecuencias) no audibles para los humanos. Son como vibraciones que los elefantes sienten en sus orejas tan desarrolladas en tamaño y forma. 

Lo que significa que los elefantes se comunican entre sí a distancias largas, de diez o quince kilómetros, porque los infrasonidos van en ondas sonoras largas que viajan mucho mejor que los sonidos de alta frecuencia que van en ondas sonoras cortas. Su sofisticado sistema de comunicación hace entrever un prototipo de cultura. 

Incluso poseen sentido de humor visible a menudo. Tal es el caso de madres y "tías" haciendo bromas a sus bebés; como tirarles agua con la trompa y volver a ver a otro lado en un clásico "no he sido yo eh". 

Por tanto son autoconcientes y poseen entonces vida emocional y sentimientos. Es la única especie que hace un ritual de muerte ante los huesos de algún congénere que haya muerto, tocándolos con su trompa de la misma manera en que despiertan a un elefante bebé. 

Alimentación
Estos gigantes pasan las tres cuartas partes de su vida consumiendo alimento. Semejante apetito hace cambiar y transformar el entorno del mundo en que viven como ningún otro animal (con excepción de los humanos). En pocos años convierten las selvas en pastizales y los pequeños pozos en pantanos. 

Cada elefante digiere unas 50 toneladas de su medio ambiente por año. Comen vegetación como hojas, raíces, cortezas, hierbas y frutos, durante las estaciones secas en la sabana, comen hojas recolectadas de árboles espinosos y arbustos, la vegetación de pantano es el último recurso pues contiene pocos nutrientes, sin embargo los ejemplares que ya tienen pocos dientes la prefieren por ser más suave. Beben un máximo de 200 litros de agua al día.

Depredadores
El tamaño de los elefantes adultos les deja invulnerable a los animales salvajes. Los seres humanos son los únicos depredadores de los elefantes adultos, pero los terneros son susceptibles de ser arrebatado lejos por leones y hienas. Si detectan un depredador cerca, los terneros se agrupan instintivamente de la matriarca, a continuación se forman círculos alrededor del grupo que crea capas de protección que son imposibles de penetrar para los depredadores.

Rol en el Ecosistema
Muy pocas especies pueden alterar su propio entorno, como los elefantes, ellos arrancan de raíz árboles y arbustos lo que produce en ocasiones erosión del suelo. Pero este comportamiento da lugar a zonas boscosas y praderas que son necesarias para que los demás animales pasten. Además crean agujeros de agua en la excavación de cauces secos. Agrandan los agujeros de agua al revolcarse y enlodarse con el fin de alejar parásitos, insectos y protegerse del sol. Pueden hacer y ampliar cuevas cuando buscan sales necesarias para su alimentación. Logran que germinen semillas, que sólo lo hacen al pasar por su aparato digestivo y estar fertilizadas con su estiércol.

Conservación
Durante los últimos 20 años mas de 700,000 elefantes africanos han sido cazados, para satisfacer la demanda mundial del marfil, eso es más de la mitad de los elefantes del continente, sacrificados sólo por sus colmillos. Enfrentados a esta presión de supervivencia, un proceso de selección artificial entró en juego ya que de vez en cuando un elefante nace sin colmillos, sin valor para los cazadores furtivos, sobreviven para engendrar descendientes carentes de estas estructuras. La presencia de elefantes genéticamente sin colmillos está en aumento. En ciertas regiones de África, el 30% de los elefantes crecen sin desarrollarlos nunca, un proceso que debería llevar miles de años de evolución.
El peligro que amenaza al elefante africano parece haber sido exacerbado por los crecientes precios del marfil en los mercados internacionales, así como el creciente desarrollo económico chino.

Imagen de un vídeo tomado por un fotógrafo e investigador del tráfico ilegal de animales en la selva de Bungui, en la República Centroafricana, en el que dos cazadores despedazan el cuerpo de un elefante. La mayoría de la gente cree que la principal amenaza para los elefantes es la demanda del marfil de sus colmillos, pero los expertos advierten que lo es también el comercio ilegal de su piel y su carne.


El elefante africano se extingue debido al aumento sin precedentes del comercio de marfil

"En 1989, año en que entró en vigencia la prohibición, el precio de un kilogramo de marfil era de 100 dólares en el mercado negro. Para 2004 ese precio subió a 200 dólares, pero el año pasado la demanda lo llevó a 750 dólares.

En el informe sobre su estudio, el científico Samuel Wasser, director del Centro de Biología de la Conservación de la Universidad de Washington, afirma que la disminución del número de elefantes tendrá consecuencias graves no sólo para su especie, sino también para el hábitat.

Los elefantes "son una especie clave y eliminarlos significa alterar el hábitat. Esto tiene secuelas para muchas especies diferentes", señaló.

Wasser indicó que en el año que va entre agosto de 2005 y el mismo mes de 2006, las autoridades africanas se incautaron de más de 23.400 kilogramos de marfil de contrabando. Sin embargo, según advierte el biólogo en su estudio, se sabe que los agentes aduaneros sólo logran detectar un 10 por ciento del contrabando. Por lo tanto, la cifra real del marfil objeto de contrabando es más cercana a los 234.000 kilogramos. Esto significa, agrega Wassers, que en ese lapso fueron ultimados más de 23.000 elefantes, es decir, el 5 por ciento de la población africana.

Según el científico, en los últimos años el apogeo de la economía china es una de las fuerzas principales del mercado negro del marfil, el cual no sólo ha provocado un alza de su precio sino también ha impulsado la participación del crimen organizado.

Wassers manifiesta que la mejor forma de impedir la intervención de las mafias es tomar medidas en la fuente misma del marfil. "Una vez que entra en el mercado internacional, el comercio ilegal del marfil es muy difícil de combatir", señaló.

Wassers dijo que junto con otros científicos de la Universidad de Washington, organismos policiales y la Interpol está colaborando para ubicar con precisión la fuente del marfil que se comercia en el mercado negro.

El biólogo indicó que en junio de 2002 las autoridades de Singapur requisaron 6,5 toneladas de marfil destinado al Lejano Oriente. Ese cargamento representaba el sacrificio de entre 3.000 y 6.500 elefantes.

Los científicos examinaron 67 colmillos de ese cargamento y mediante pruebas de ADN determinaron que los elefantes provenían de las sabanas africanas, no de sus selvas, probablemente una zona del sur de Zambia.

Los autores del estudio manifiestan que países pobres, como Zambia, poco pueden hacer para frenar un comercio que se ha alimentado por la expansión económica en el Lejano Oriente.

Las naciones occidentales deben reanudar sus esfuerzos para impedir el comercio ilegal de marfil mediante medidas más enérgicas y una campaña para convencer a mucha gente en Asia a no utilizar ese producto.

"Si la gente tuviera conciencia de lo que ocurre se avergonzaría de ser parte de esta crisis. Nosotros no queremos que se desperdicie el tiempo en la persecución de criminales. Queremos impedir que el crimen ocurra", dijo Wa

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